EL REINO DE LANNA
MANGRAI Y LA FUNDACIÓN DE CHIANG MAI
ANTECEDENTES:
la unificación del norte y el nacimiento de un nuevo reino
Cuentan las antiguas crónicas del norte de Tailandia que, alrededor del año 750 d. C., cuatro ermitaños fundaron Haripunjaya, una pequeña villa al sur de la actual Chiang Mai. Tras establecer la nueva ciudad, acordaron con el rey de Lopburi que una de sus hijas, Jamadevi (Chama Thevi), se encargaría de gobernarla. Una vez concluida la tarea, uno de los ermitaños, llamado Suthep, se retiró a las montañas para entregarse a la meditación. Con el tiempo, ese monte, ubicado junto a Chiang Mai, tomaría su nombre y pasaría a conocerse como Doi Suthep.
Así comenzó el Reino de Haripunjaya (también conocido como Haripunchai), que rápidamente prosperó y se convirtió en un importante centro cultural y religioso, con las ciudades de Lamphun y Lampang como principales sedes de gobierno. En estas ciudades, la influencia del budismo theravada fue significativa y propició la construcción de numerosos templos y monumentos. Durante su época dorada, en el siglo XIII, Lamphun experimentó un notable desarrollo cultural y económico que no pasaría inadvertido.
Mientras tanto, en la misma época, se estaban produciendo cambios en la región del norte que iban a tener un impacto decisivo en el futuro de Haripunjaya.
Por un lado, los reinos vecinos de Dvaravati, Champa y Khmer estaban en declive y se estaban desintegrando. Por otro lado, la dinastía china de los Yuan (mongoles) había empezado a expandirse hacia los reinos tai budistas del sur.
En este contexto apareció la figura de Mangrai, hijo de una princesa de la ciudad Tai Lue de Chiang Rung, hoy conocida como Jinghong, al sur de China. Tras suceder a su padre y convertirse en rey de Ngoen Yang (hoy Chiang Saen), Mangrai trasladó la capital a Chiang Rai y, en poco tiempo, unificó los pueblos de las regiones cercanas, entre ellos los tai, y fundó el Reino de Lan Na. Con este nombre, que se traduciría como «Tierra de los Mil Campos», quería reflejar la abundancia de campos de arroz que había en la región. La elección del nombre, además, pone de manifiesto la importancia de la agricultura en la economía y la cultura del nuevo reino.
Monumento a Mangrai (Fuente: Wikipedia)
Durante sus incursiones hacia el sur, Mangrai entró en contacto con comerciantes del reino de Haripunjaya, atraído por la prosperidad cultural y económica del reino, enn 1292, logró conquistarlo y hacerse con el control de las principales ciudades. Durante los dos años que gobernó desde Lamphun, el monarca se impregnó de las enseñanzas del budismo theravada, del estilo arquitectónico que había florecido en la región y del sistema legal, referentes que incorporaría en su futura capital.
Mangrai no era de quedarse quieto mucho tiempo en el mismo lugar. Desde que dejó Ngoenyang, su prioridad había sido encontrar un lugar idóneo para establecer la capital del reino de Lan Na. Era de vital importancia encontrar el emplazamiento adecuado, no valía cualquier sitio. Por ello, antes de establecerse definitivamente, dio numerosas vueltas, desplazando la capital de un punto a otro.
Pasó por Ngeonyang, Chiangrai, Fang, Lamphun, Chiang Khong, Chiangtung, Kengtung y Wiang Khumkham. Eso sí, cada vez que se iba de un lugar, dejaba a alguien de confianza como gobernador de la zona (a veces a alguno de sus hijos), lo cual era imprescindible para mantener el reino unido y bajo control.
Las capitales de Mangrai
LA ELECCIÓN DEL LUGAR
Poco después de conquistar Haripunjaya, Mangrai encontró un lugar de su agrado a los pies de la montaña de Doi Suthep: una gran llanura fértil que se extendía entre la ladera de la montaña, ubicada al oeste, y el serpenteante río Ping, que discurría por el lado este. Según las antiguas escrituras budistas, esta orientación, más elevada en el lado oeste y ligeramente inclinada hacia el este, era una señal de buen augurio que indicaba unas condiciones óptimas para establecer un nuevo asentamiento.
‘In the middle of this vast open valley, there was idyllic and picturesque grassland where he sighted some rare species of animals unafraid of his troops, and found some unique auspicious plants, especially a giant fig tree. He especially observed a crystal-clear waterfall, flowing from Doi Suthep into streams, surrounding the area; and on the eastern edge of this vast plain, there was a wide and long river called River Ping which meandered down from north to south.’
Antes de tomar una decisión, Mangrai consultó con sus astrólogos y sus nobles de confianza. No solo eso sino que invitó personalmente al rey Ngam Muang de Reino de Phayao y el rey Ramkhamhaeng del Reino de Sukhothai a visitar el terreno para poder ofrecer una opinión más detallada. Unos años antes, los tres reyes habían forjado una alianza con el fin de mantener los reinos del norte unidos, por lo que era de vital importancia contar con su apoyo.
Todos ellos concluyeron que la zona era rica en recursos naturales y que gozaba de abundantes fuentes de agua, lo que era otra señal auspiciosa. Por otro lado, la presencia de la montaña de Doi Suthep ofrecía varias ventajas:
Protección espiritual, ya que los lawa y los mon la consideraban sagrada porque creían que era el hogar de Vasudeva.
Protección física en el lado oeste de la ciudad. Junto con el río Ping, formaban dos murallas naturales con las que proteger la ciudad.
Fuente fiable de agua, el recorrido de la cual formaba una línea defensiva natural.. El valle, además, estaba suficientemente retirado del río, por lo que quedaba protegido de las inundaciones y contaba con un buffer para situaciones de emergencia.
Topografía auspiciosa, más elevada en el oeste y con una ligera pendiente hacia el este.
Existencia de un lago en el lado nordeste, otro símbolo auspicioso según la visión brahmánica.
Pletórico por haber dado finalmente con el lugar que tanto tiempo había andado buscando, y con el visto bueno de sus hombres de confianza, en 1292 Mangrai procedió a movilizar sus tropas y ocupar el lugar.
LA FUNDACIÓN DE LA CIUDAD
Cualquiera que observe detenidamente la planta de Chiang Mai observará rápidamente que la ciudad no es el resultado de un crecimiento espontáneo y orgánico. Es una ciudad cuidadosamente planificada, desde el inicio diseñada pensando en las tres funciones principales que tendría que cumplir.
Defensiva: debía actuar como el bastión defensivo del reino en el norte.
Política: tendría un papel relevante como centro político desde el que controlar los estados Tai de la zona.
Económica: la actividad agrícola y comercial era fundamental para el desarrollo de la zona. Por un lado, disponía de una amplia extensión de campos a sus alrededores, ideales para el cultivo de arroz. Por el otro, el amplio río suponía una importante vía de comunicación y la ciudad estaba cerca de las vías comerciales tradicionales que conectaban la India, Burma y Yunnan, regularmente transitadas por caravanas cargadas de mercancías.
De todas ellas, la función defensiva fue decisiva a la hora de definir la forma y el tamaño de la ciudad. La nueva capital debía ser una ciudad amurallada, ni muy grande ni muy pequeña, y debía tener suficientes hombres y elefantes para poder defender todas las puertas, un requisito que obligó al rey a reducir la extensión de la nueva capital a la mitad de lo que le habría gustado.
Como medida adicional, se optó por la construcción de dos fosos. El primer foso, de forma cuadrada, rodeaba todo el perímetro de la ciudad protegiéndola en los cuatro flancos, mientras que el segundo, de forma semicircular, se ubicaba en el lado sudeste (el actual canal de Mae Kha) y complementaba la función defensiva que desempeñaba la montaña en el lado opuesto.
La naturaleza defensiva de la ciudad quedaba reflejada en el mismo nombre: Chiang (una palabra tailandesa de herencia china) significa «fuerte» o «castillo», aunque también se utilizaba para referirse a una ciudad cuando el rey o alguna figura de alto rango vivía en ella. De este modo, el término Chiang se utilizaba para hacer referencia a aquellas ciudades amuralladas o rodeadas por un foso que estaban vinculadas a la realeza. La traducción completa del nombre Chiang Mai sería «la nueva ciudad». Cabe tener en cuenta que, previamente, Mangrai había establecido la capital en Chiang Rai, que se traduciría como «La ciudad de Rai» (por Mangrai).
El reto del agua
Esquema de los recursos naturales alrededor de Chiang Mai
Fuente: Chiang Mai City Life
Por otro lado, era tan importante defenderse de los enemigos como de los agentes naturales. Uno de los problemas recurrentes a los que Mangrai se había enfrentado en sus anteriores capitales eran las inundaciones, provocadas por el desbordamiento de los ríos o por las lluvias torrenciales durante la temporada de monzones. Por ello, era de vital importancia que la nueva capital contase con estrategias naturales para absorber y evacuar correctamente el exceso de agua.
Los principales mecanismos que ayudaron a controlar y gestionar el agua en la ciudad, protegiéndola de inundaciones y asegurando un suministro durante todo el año, eran los siguientes:
Cursos de agua naturales: ríos y arroyos naturales que descendían de la montaña de Doi Suthep, como Huay Kaew y Chang Khian, y que canalizaban el agua hacia el río Mae Kha, que corría paralelo al Ping. Estos canales protegían la ciudad de posibles desbordamientos del Ping.
Cuando el Ping se desbordaba, como solía ocurrir, la ciudad quedaba protegida por el canal Mae Kha, un curso fluvial más pequeño bordeado por la muralla exterior. De este modo, el Mae Kha actuaba como un foso natural, complementado por otros cursos de agua naturales que rodeaban el foso y proporcionaban múltiples capas de protección contra las inundaciones. Las llanuras de inundación entre ambos ríos eran ideales para la agricultura y su proximidad al centro de la ciudad convertía esta área en una importante fuente de alimentos para toda la ciudad.
Foso amurallado: se construyó un foso de una milla cuadrada alrededor de la ciudad para absorber el exceso de agua que descendía de las montañas y evitar así posibles inundaciones.
Lago tipo pantano: en la esquina noreste del foso había un gran lago pantanoso que servía de reserva de agua para los animales en verano y ayudaba a gestionar el exceso de agua durante la temporada de lluvias. Esta reserva natural actuaba como barrera de las escorrentías de Doi Suthep, por lo que el agua que bajaba por las laderas era absorbida por las reservas como una especie de esponja y desagüe natural.
División de cuencas: el agua de la zona norte de la ciudad fluía hacia el arroyo del Mae Kha Luang, mientras que el agua de la zona sur fluía hacia el arroyo más pequeño, el Mae Kha Noi. Ambos se unían finalmente al río Ping, al sur de la ciudad.
Plano de Chiang Mai realizado por el cartógrafo irlandés James Fitzroy McCarty en 1888, con motivo de los preparativos para la nueva línea de ferrocarril. Fuente: Bytelife
La cosmología hindú en el diseño de la planta
En el diseño de la planta confluyeron elementos de la tradición tai y de las prácticas indígenas de los lawa, al mismo tiempo que se incorporaban los principios de la cosmología hindú. Por ejemplo, la forma prácticamente cuadrada de la planta era una referencia directa a los principios del Vastu Shastra, una disciplina que buscaba establecer un vínculo entre el ser humano y el medio natural para lograr un mayor equilibrio y armonía con el espacio físico.
Si superponemos la planta de Chiang Mai con el diagrama del Vastu Purusha Mandala, observamos que el palacio se encuentra en el punto central (más o menos), el área más sagrada de la cosmología hindú: el estómago del purusha, que refleja el centro espiritual y simbólico de la ciudad y del reino de Lan Na.
Una vez definidos los límites y la organización de los ejes principales, se iniciaron las tareas de construcción del palacio real, los establos para elefantes y caballos, y la estructura de la ciudad: las murallas, las torres de vigilancia, las puertas, los fosos, los puertos fluviales, el mercado, etc.
LOS HABITANTES DE LA NUEVA CIUDAD
La nueva capital se convirtió en un crisol de culturas y etnias, y fue un lugar diverso en el que convivían distintas etnias. Entre ellos se encontraban los habitantes originales de la ladera de Suthep, los lawa, uno de los pueblos indígenas más antiguos de Tailandia, conocidos por la construcción de ciudades amuralladas. También estaban los kha, provenientes del antiguo reino de Funan, en la región de Laos. Por último, los Tai Yuan o Khon Mueang, la etnia principal de la región de Lanna, destacaban por su avanzada organización administrativa y sus conocimientos en arquitectura. Estos últimos se distinguían por el refinamiento de sus expresiones culturales y lingüísticas, y eran expertos en el cultivo de arroz glutinoso, la horticultura, las lenguas, la literatura y la artesanía.
En cuanto a la organización de la población, los artesanos y comerciantes de la ciudad vivían entre la primera y la segunda muralla, fuera del primer foso, mientras que la realeza y la nobleza residían en el interior de la primera muralla, el recinto mejor protegido.
En general, existía una convivencia armoniosa entre los diferentes pueblos, que compartían elementos lingüísticos tanto orales como escritos.
El mérito de Mengrai radica en haber sabido recoger la herencia de estos tres pueblos, unir la tradición budista y crear una ciudad que fuese una amalgama de todas ellas. Desde su fundación, la ciudad se caracterizó por ser devota del budismo theravada, la religión predominante de la región hasta la actualidad.
Mangrai gobernó durante veinte años. Según cuenta una leyenda, murió alcanzado por un rayo en el corazón mismo de la ciudad, en el lugar donde actualmente se encuentra el templo de Wat Sadue Muang, conocido como «El templo del ombligo de la ciudad». Desde entonces, el histórico fundador ha sido venerado como el guardián de la ciudad. En el momento de su muerte, Chiang Mai ya se había establecido como el centro político y espiritual de la región de Lanna.